Al despegar su cuerpo del suelo, la gaviota comienza a mover sus alas rítmicamente, preparándose para dar inicio a su vuelo.
Este aleteo atolondrado da inicio a su elevación, cambiando su manera de avanzar en el espacio y el tiempo. La elevación es sucedida por un aumento en el ritmo de aleteo el cual le hace avanzar en el aire. Sólo en momentos de turbulencia pierde su nueva estabilidad y es forzada a volver a acomodarse y adaptarse a las nuevas condiciones; encontrando un nuevo camino o una nueva forma de avanzar por el mismo.
Tras aletear por un tiempo, el cual no siempre es el mismo, la gaviota llega a un punto en el que abraza al viento y, con tan sólo dejarse llevar, avanza. En este punto el vuelo se hace más relajante y placentero; no tiene necesidad de forzar los movimientos y no tiene deseo de vivir nuevas turbulencias. Al ser estas últimas inevitables, la gaviota, tendrá que aprender a superarlas sin miedo o dejar de intentarlo, perdiéndose así la sensación de volar y ser libre.
28 de febrero de 2010
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que bueno che!
ResponderEliminarcomo dice la canción Aprender a Volar...
ResponderEliminar"Puedes creer, puedes soñar.
Abre tus alas! Aqui está tu libertad!
Y no pierdas tiempo, escucha al viento, canta por lo que vendrá!
No es tan dificil si aprendes a volar"
Me encanta verte en este gran vuelo de libertad y saber cuánto confiás en las maravillas que te esperan en cada nuevo rumbo donde despliegues tus alas. Quien busca...encuentra!
Te quiero!
Má
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